Trabajar por los sueños, así no se cumplan en vida: El activismo y las letras de Gioconda Belli
Valeria Hernández Martínez (Contexto), Natalia Penagos Mesa (Bitácora) y Santiago Bernal Largo (De la Urbe).
14 de febrero de 2025.
En el Hay Festival Jericó, conversamos con Gioconda Belli sobre el contexto actual de la región y las resistencias latinoamericanas, su obra, y cómo esta va de la mano con su labor activista en Centroamérica.
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Esta entrevista es un trabajo en conjunto entre Contexto (UPB), Bitácora (EAFIT) y De la Urbe (UdeA) como parte del cubrimiento de medios universitarios al Hay Festival Jericó 2025.

Fotografía: Hay Festival.
El calor en Jericó golpea con fuerza a los más de 13.000 asistentes del Hay Festival 2025, el cual se realiza hace siete años en este municipio del Suroeste antioqueño. El sol se filtra por el pozo de luz del museo MAJA, donde se reúnen periodistas de un sinnúmero de medios de comunicación que esperan su turno para entrevistar a los invitados de la jornada: escritores, artistas y periodistas que se sientan a conversar y cuestionar.
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Es inevitable notar la presencia de una imponente mujer en el recinto. Su larga y frondosa cabellera clara resalta en su vestimenta oscura, y un par de lentes de sol adornan su rostro mientras cruza las piernas y bebe un poco de café. Habla en un tono bajo, casi como si sus respuestas fueran un secreto entre ella y el entrevistador. Hace señas para invitarnos a pasar junto a ella en una pequeña mesa y agradece nuestra presencia conjunta. Así empezó nuestra conversación con Gioconda Belli.
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Poeta y novelista nicaragüense que, durante la dictadura de Anastasio Somoza, en los años setenta, hizo parte de las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, lo que la llevó a ser perseguida. Tras el triunfo de la revolución Sandinista hizo parte del Frente de Liberación Nacional de Nicaragua, pero se separó de este en 1993 y tomó una postura crítica frente a las políticas del gobierno. En 2021 se exilió en España y en 2023 la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo le quitó su nacionalidad, por lo que adoptó la chilena en ese momento, y posteriormente, en 2024 la española.
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Su obra, influenciada por sus experiencias como activista y marcada por el ambiente político tan complejo de Centroamérica, abarca el feminismo y las luchas por la justicia social. Estas son algunas de las reflexiones que deja Gioconda frente al panorama actual de América Latina al que se enfrentan jóvenes escritores.
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Partiendo de la realidad latinoamericana y más específicamente de lo que pasa en Centroamérica, ¿cómo ha influido eso en su obra como escritora?
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Yo siempre les recomiendo a los que quieren escribir que lo primero que tienen que hacer es vivir. Entonces, mi trabajo está inspirado en lo que yo he vivido y, ¿qué es lo que yo he vivido como latinoamericana? Viví una época muy tormentosa, una época de muchos cambios que fueron los 70, los 80, los 90... y entonces esa vivencia me ha dado la clara idea de que en América Latina todavía estamos en cambios geológicos, que todavía estamos en erupción, hay magma.
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Todavía estamos en desarrollo y tenemos procesos bien complicados, pero también tenemos pueblos que son maravillosamente ingeniosos, inteligentes y que saben lo que quieren. Entonces pienso que es un reto para la estructura que hay en la mentalidad política de América Latina y que todavía le falta evolucionar mucho.
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De la mano de toda esa influencia ¿qué implican para usted, como mujer, todas esas realidades y todas esas vivencias al momento de escribir?
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Bueno, es que me inspiran. Porque la poesía para mí es mágica, es como un algo que se va alimentando de mi propia experiencia y de repente quiere salir en forma de palabras. Entonces, en ese momento lo escribo. Pero, claro, ¿qué implica para mí?
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Implica tener un corazón, tener la capacidad de sentir y de tener empatía de lo que está pasando. Y eso es una cosa que no se las puedo explicar. La razón que es el detonante para mi literatura creo que ha sido la lectura en gran parte. Todo lo he tenido que experimentar, y creo mucho en la capacidad de la palabra para cambiar el mundo.
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Precisamente, ya que hablamos un poco de ese papel, del contexto social y político de Latinoamérica, desde su perspectiva como mujer y como activista, ¿qué papel juega la literatura en la construcción de identidades femeninas y en la lucha contra los estereotipos de género?
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Juega un papel sumamente importante, porque, además, las mujeres jóvenes la tienen que seguir haciendo. Y para que persista, también tienen que seguir esa revolución personal, porque ahorita la mujer está sujeta a un montón de demandas consumistas de la sociedad que no nos quiere dejar avanzar, nos tiene miedo.
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Entonces, las mujeres tienen la responsabilidad, para mí fundamental, de lo que va a pasar en el futuro en América Latina. Porque si cambia la relación hombre-mujer, va a cambiar la cultura. Y eso es lo que tenemos que hacer que cambie, porque todavía existe esa dominación, esa subordinación de la gente tiene que ver con esa primera subordinación y explotación que es la de la mujer.
¿Cómo cree que su obra ha contribuido a visibilizar esas experiencias de mujeres tanto de Nicaragua como de toda América Latina?
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Yo no soy quién para decir cómo ha contribuido, pero sí siento que mis lectoras y mis lectores me han apreciado. Me lo dicen con mucha frecuencia, que lo que yo he hecho les ha hecho sentirse de otra manera, que les ha hecho percibirse a sí mismos de otras maneras. Por ejemplo, los hombres ven a las mujeres de otra manera porque mi posición feminista no es contra los hombres, sino es más bien invitarlos a cambiar el mundo con la mujer. Porque parte de todo lo que nos pasa tiene que ver con esa lucha.
¿Cómo ha sido para usted esa combinación que tiene el activismo feminista y político junto con sus creaciones literarias y de qué manera usted piensa que eso puede impactar a sus lectores?
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A mí me parece que el activismo y mi actividad política tiene que ver con quién soy. Yo soy un animal político. Todos somos y todos estamos vinculados a la política, porque es lo que pasa alrededor nuestro y no podemos vivir ignorantes a lo que nos pasa y de la responsabilidad que tenemos de lo que pasa en cercanía nuestra.
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Yo creo que muchos nos refugiamos en la indiferencia, en la apatía, en pensar que no podemos cambiar el mundo... y les voy a decir un dicho que es fantástico: "si crees que sos muy pequeño para cambiar el mundo, nunca has estado en la cama con un mosquito." Y es verdad, si uno pica, pica y pica... Lo que pasa es que queremos resultados demasiado rápido.
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Hay que tener la paciencia para darse cuenta de que la historia es muy larga, que los procesos históricos son muy largos y que nuestros sueños a lo mejor no se van a cumplir en nuestra vida, pero que, si se van a cumplir, tiene que ser porque nosotros vamos a trabajar por ellos desde ahora.
Resistencia en la comunidad
Para los sobrevivientes, el deslizamiento de La Gabriela dejó cicatrices. Muchas familias perdieron a sus seres queridos y su patrimonio en cuestión de minutos. Además, el proceso de reconstrucción fue lento y, en muchos casos, insuficiente.
Jaqueline Vigoria y Eddy Guerra, líderes comunitarios del barrio, aseguran que las gestiones para buscar reparaciones con las autoridades locales se han realizado a través de líderes locales, pero que la falta de respuesta y la desatención han hecho que las soluciones dependan de los esfuerzos propios de los habitantes. “Las acciones del municipio en apoyo a las víctimas y la reconstrucción del barrio han sido limitadas, y en términos generales, se evidencia una negligencia administrativa”, dice Jaqueline.
Un ejemplo del desorden administrativo por parte del municipio es el cobro del impuesto predial a personas fallecidas durante la tragedia, lo que refleja una falta de actualización y gestión por parte del municipio.
Durante estos 14 años no se había realizado ningún acto conmemorativo en honor a las víctimas que contara con el apoyo de la administración, hasta el 5 de diciembre de 2024. Ese día, los líderes comunitarios organizaron una velatón, una procesión y una ceremonia en el lugar del derrumbe. Aunque la Alcaldía no aceptó la invitación a participar en la conmemoración, sí dio apoyo logístico a través de la Policía, el Cuerpo de Bomberos, la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Cultura de Bello. Esto no había ocurrido en aniversarios anteriores. En palabras de Eddy “fue un acto simbólico que demuestra el compromiso de los líderes locales frente a la inacción de la Alcaldía”.
La comunidad de La Gabriela, además de enfrentar las secuelas de la tragedia, exige acciones concretas del municipio para garantizar el acceso a derechos fundamentales como la salud, la educación, la vivienda digna y la seguridad.
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Nota: esta entrevista se realizó con la invitación de Comfama a De la Urbe para cubrir el Hay Festival Jericó 2025.